Hola a todos:
Hace mucho tiempo que no escribía en este post, pero debo hacerlo ahora, porque este país necesita saber que en muchos lugares perdidos de nuestra larga y angosta faja de tierra existen personas que se sacan la cresta por conseguir sus sueños; uno de esos es Mauricio Castillo, Chino para sus amigos y hermanos, Chinoy para sus seguidores.
¿Quién es este personaje? Es un muy querido amigo de juventud (y de mi presente) que se sentaba en la Parroquia de San Antonio a tocar guitarra cuando tenía 10 años, al lado de unos lolillos de 19 y más, que le gustaba jugar a la pelota con los más viejos, hincha de la "U", y con una tremenda voz, particular y única. El paso de los años algo nos alejó, pero siempre existía el momento para encontrarnos y conversar...
Hoy, Chinoy ha de ser el mayor proyecto de la música nacional, y así lo ha ido demostrando en su larga carrera under, exponiendo sus composiciones de folk punk en bares y pubs de San Antonio, Valparaíso y, en el último tiempo, de Santiago.
Su voz sigue siendo única, sus composiciones, desgarradoras; su interpretación, magistral; su música, tremendamente potente. Una sola guitarra llena el espacio de sensaciones; su forma de golpear las cuerdas muestra la rabia de los marginados; me recuerda algo el estilo de Silvio cuando rasguea sus canciones más agresivas; sin embargo Chinoy es único, a nadie le copia, su obra es completamente original, tanto en la interpretación como en la musicalización. Me jacto de saber mucho de música, y con esta jactancia me atrevo a decir que es lo mejor que he escuchado en muchos años. Además, es un actor que interpreta su personaje durante los minutos que duran sus temas, mientras que en los intermedios de cada canción vuelve a ser el niño que yo conocí, el mismo que una tarde de diciembre de 1995 me gritaba en el Estadio Nacional desde un lado de la galería al otro, mientras celebrabamos el "Bi" del Bulla.
El domingo antepasado se presentó en la Sala Tudor, en la punta del Cerro San Cristobal; el jueves 13 de diciembre, llenó la sala SCD de Santa Filomena 110. Los lugares donde muestra sus creaciones se colman de personas que corean sus canciones ( que superan la centena) y su fama crece con cada melodía, casi como un mito ( como leí por ahí) Pueden descubrir su música en ares, poniendo "Chinoy" en la búsqueda, o ingresando a su sitio web myspace.com/chinoysite.
Chinoy es un tremendo músico, el más grande de los últimos tiempos, y no trepido en decirlo, que no estuvo dispuesto a seguir sus días de oscuridad, que se cansó de ser uno más de entre el público, y que estará muy pronto en los estadios y en los rankings de las radios...
Hace mucho tiempo que no escribía en este post, pero debo hacerlo ahora, porque este país necesita saber que en muchos lugares perdidos de nuestra larga y angosta faja de tierra existen personas que se sacan la cresta por conseguir sus sueños; uno de esos es Mauricio Castillo, Chino para sus amigos y hermanos, Chinoy para sus seguidores.
¿Quién es este personaje? Es un muy querido amigo de juventud (y de mi presente) que se sentaba en la Parroquia de San Antonio a tocar guitarra cuando tenía 10 años, al lado de unos lolillos de 19 y más, que le gustaba jugar a la pelota con los más viejos, hincha de la "U", y con una tremenda voz, particular y única. El paso de los años algo nos alejó, pero siempre existía el momento para encontrarnos y conversar...
Hoy, Chinoy ha de ser el mayor proyecto de la música nacional, y así lo ha ido demostrando en su larga carrera under, exponiendo sus composiciones de folk punk en bares y pubs de San Antonio, Valparaíso y, en el último tiempo, de Santiago.
Su voz sigue siendo única, sus composiciones, desgarradoras; su interpretación, magistral; su música, tremendamente potente. Una sola guitarra llena el espacio de sensaciones; su forma de golpear las cuerdas muestra la rabia de los marginados; me recuerda algo el estilo de Silvio cuando rasguea sus canciones más agresivas; sin embargo Chinoy es único, a nadie le copia, su obra es completamente original, tanto en la interpretación como en la musicalización. Me jacto de saber mucho de música, y con esta jactancia me atrevo a decir que es lo mejor que he escuchado en muchos años. Además, es un actor que interpreta su personaje durante los minutos que duran sus temas, mientras que en los intermedios de cada canción vuelve a ser el niño que yo conocí, el mismo que una tarde de diciembre de 1995 me gritaba en el Estadio Nacional desde un lado de la galería al otro, mientras celebrabamos el "Bi" del Bulla.
El domingo antepasado se presentó en la Sala Tudor, en la punta del Cerro San Cristobal; el jueves 13 de diciembre, llenó la sala SCD de Santa Filomena 110. Los lugares donde muestra sus creaciones se colman de personas que corean sus canciones ( que superan la centena) y su fama crece con cada melodía, casi como un mito ( como leí por ahí) Pueden descubrir su música en ares, poniendo "Chinoy" en la búsqueda, o ingresando a su sitio web myspace.com/chinoysite.
Chinoy es un tremendo músico, el más grande de los últimos tiempos, y no trepido en decirlo, que no estuvo dispuesto a seguir sus días de oscuridad, que se cansó de ser uno más de entre el público, y que estará muy pronto en los estadios y en los rankings de las radios...